TERMINAMOS LO QUE INICIAMOS
Por Gudrun.
Cuando comenzamos un nuevo proyecto estamos motivados. Con mayor razón si lo hacemos por gusto y no por obligación. Ya sea por la meta o por la recompensa, la novedad siempre es motivadora. Lo que viene a continuación es el verdadero reto.
Iniciar ya es un gran paso, pero conforme el tiempo transcurre y nos damos cuenta de que lo que estamos haciendo lleva más tiempo o esfuerzo del que imaginamos, la novedad está perdida y la motivación extinta.
Tomemos como ejemplo un dibujo. Queremos terminarlo el mismo día en que iniciamos, para ver el resultado de nuestra obra. Sin embargo, pasa que los trazos no son como lo planeado o como la vimos en nuestra mente. Entonces se queda el papel con algunos trazos ahí en la mesa. Y ya nunca volvemos a tocarlo. En casos convenientes decidimos tomar un taller para mejorar nuestras habilidades y estamos muy contentos al inicio del mismo. Pero nos ponen ejercicios o nos dejan trabajo para realizar en casa en lugar de ir directo a la resolución del dibujo. ¡¿Qué?! Sí, dibujar es una actividad increíble, que como ya hemos dicho, puede ser de recreación, pero si va en serio necesita bases, incluso teoría. Práctica de trazos y mucha paciencia.
Aquí es cuando debemos reflexionar sobre las actividades que realizamos y que vamos dejando inconclusas. ¿Son meramente recreativas y su interrupción no afecta a nuestra evolución personal? O, por otro lado, ¿son actividades de las que depende nuestro desarrollo económico, personal, físico o espiritual, y si lo dejamos estaremos estancados en alguno de esos ámbitos?
La respuesta a esa pregunta inicial nos da la pauta para saber si debemos o no continuar con lo que empezamos. Una de las razones principales para dejar algo inconcluso, además de que la novedad se pierde, es que las recompensas tardan en llegar. De esta forma comenzamos a procrastinar y finalmente a abandonar.
Lo que pasa también es que nos olvidamos de disfrutar el proceso. Normalmente buscamos obtener un beneficio sin esforzarnos demasiado. Sabemos que eso pasa en ocasiones aisladas, casi nulas. Entonces debemos trabajar duro para obtener lo que queremos. ¿Por qué no disfrutarlo? Pasaremos más tiempo en el proceso que en el resultado. En nosotros está el hacerlo placentero.
Saber dejar lo mejor para el final y esperar por ello es todo un arte. Como quienes dejamos el mejor bocado al último. No quiere decir que no disfrutemos todo el platillo, pero siempre hay una parte o ingrediente que nos gusta más. Y si hay postre, aún mejor.
Uno de los nueve puntos de nuestro Manifiesto Artinside nos indica que Terminamos lo que iniciamos. Porque decirlo es muy fácil, pero hacerlo implica compromiso, paciencia, autocrítica y amor por lo que hacemos. Elementos básicos para la creación de un artista, aplicables a todas las profesiones.
«La habilidad de posponer la gratificación es un indicador fiel del éxito; entender cómo resistir la seducción de la gratificación instantánea puede ayudarte a construir el puente entre donde estás y donde quieres estar.»
Christoph Geiringer
Referencias:
La psicología de por qué dejamos todo a medias. Consultado el 15/02/2019 https://pedromuller.com/2015
El efecto Akrasia: Por qué no terminamos lo que empezamos (y qué podemos hacer al respecto) Consultado el 19/02/2019 https://knesix.institute/akrasia-procrastinacion/
Manifiesto Artinside. Consultado el 25/01/2019 https://www.artinside.com.mx/manifiesto